Decir que es esencial mantener una buena calidad del aire interior (CAI) en los lugares de trabajo es una obviedad. Una buena CAI es esencial para la salud y el confort de los ocupantes, y se ha demostrado que una ventilación eficaz reduce la transmisión de patógenos como el virus de la COVID-19.
También existen muchas situaciones en las que la calidad del aire interior (CAI) es importante para garantizar la estabilidad de los productos y componentes almacenados, así como el funcionamiento de la maquinaria. La alta humedad resultante de una ventilación insuficiente, por ejemplo, puede tener un impacto negativo en la salud, dañar materiales y máquinas, y generar condensación que genera riesgos de resbalones.
Esta situación es especialmente compleja para edificios grandes con techos altos, generalmente utilizados en fábricas, almacenes, locales comerciales y espacios para eventos. Si bien estos edificios pueden compartir un estilo similar, en cuanto a altura, las actividades en su interior varían considerablemente, por lo que los requisitos de ventilación también. Además, por supuesto, estos edificios suelen cambiar de uso con el tiempo.
Hace algunos años, este tipo de edificios presentaba suficientes filtraciones como para que la ventilación natural a través de las aberturas de la estructura fuera suficiente para todos los entornos, salvo los más exigentes. Ahora, con la mejora del aislamiento de los edificios para ahorrar energía, se requiere un control más preciso para garantizar una calidad del aire interior aceptable, idealmente optimizando al mismo tiempo la eficiencia energética.
Todo esto exige un enfoque flexible al diseñar sistemas de ventilación, y los sistemas descentralizados, a diferencia de las unidades de tratamiento de aire y la red de conductos tradicionales, están demostrando ser particularmente versátiles. Por ejemplo, cada unidad puede configurarse de forma diferente para adaptarse a las actividades del espacio al que da servicio. Además, pueden reconfigurarse fácilmente si el uso del espacio cambia en el futuro.
Desde el punto de vista de la eficiencia energética, la tasa de ventilación puede ajustarse a las necesidades de calidad del aire del espacio mediante la ventilación controlada por demanda. Esta utiliza sensores para monitorizar parámetros de calidad del aire, como el dióxido de carbono o la humedad, y ajustar la tasa de ventilación según corresponda. De esta forma, se evita el desperdicio de energía por sobreventilar un espacio desocupado.
Soluciones insulares
Teniendo en cuenta todas estas consideraciones, existen claras ventajas al adoptar una "solución de isla", donde cada zona del espacio recibe el servicio de una única unidad de ventilación, que puede controlarse independientemente de las demás unidades en las demás zonas. Esto permite abordar diferentes actividades, patrones de ocupación variables y cambios de uso. La solución de isla también evita la contaminación de una zona por otra, lo cual puede ser un problema con la planta central que alimenta los sistemas de distribución por conductos. En instalaciones de gran tamaño, esto también facilita la inversión por fases para distribuir los costes de capital.
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Hora de publicación: 13 de julio de 2022